miércoles, 9 de noviembre de 2016

Aguas con el agua




En este ensayo tiene como objetivo tomar conciencia y tratar de cambiar nuestros hábitos ante la gran problemática a la que nos enfrentamos día con día, que es el consumo excesivo del agua, el recurso natural más importante para los seres vivos. Esta problemática ha logrado captar la atención de científicos, técnicos, políticos etc. Así mismo dar a conocer, de una manera clara y precisa los resultados de una pequeña investigación realizada a partir del problema del consumo del agua, esto debido a que cada vez son más los sectores de la población que sufren las consecuencias de dicha problemática. Ya que el consumo inadecuado del agua es un problema que ha abarcado muchísimos años, no es algo de novedad, somos parte del mundo, somos parte de este problema, el agua es algo esencial en la vida del ser humano, en general, para todos los seres vivos, podemos identificar el agua como un recurso que nos brinda la naturaleza y el uso que hacemos de él no es el adecuado por la misma razón se buscará una alternativa para dicha problemática. 

El proceso de reunión de los datos que se presentan en este artículo fue sacado de fuentes de información confiables. La información acerca del agua y de la situación real que enfrentamos para obtenerla o simplemente malgastarla, de algunos porcentajes de agua dulce disponible para el consumo humano se rescató del artículo “El agua en México y el mundo” de Alejandro Toledo. 
La observación de alguna problemática de nuestro interés, fue esta, pues nos inquieta que el consumo del agua en la población sea muy desinteresada pues este recurso líquido y vital es inagotable. Otros de los artículos utilizados fueron “Nuestro México, ¿de verdad se seca?”, de Bali, nos ayudó para comprender en gran parte la escasez que sufre México y las verdaderas razones por la cuales este fenómeno ha ido creciendo al transcurrir el tiempo. Para finalizar con los artículos más importantes que revisamos el que nos logró impactar de una manera muy significativa fue el del “El Agua en México, lo que todas y todos debemos saber”, escrito por Carmela García, ya que menciona muchos aspectos que la población mexicana no toma en cuenta para el cuidado de nuestro vital líquido. Las cosas que no se mencionan acerca del mal uso y desperdicio que como mexicanos hacemos y que tienen un impacto a nivel país, pero sobre todo en la sociedad a la que pertenecemos.
La gran mayoría de las actividades que realizamos requieren agua y, gracias a la sobrepoblación, esta se ha ido escaseando de una manera alarmante, a tal grado que se han generado conflictos por poseer este recurso.
El problema del agua es algo controversial ya que la sociedad está acostumbrada a no hacer nada por resolver los problemas que involucran al mundo entero, el agua es un recurso que es prestado, no somos dueños de los recursos que la naturaleza nos brinda, y lo que se puede hacer es cuidarlo, pero depende de la perspectiva de cada persona.
El agua no sólo “agua”, es calidad, es vida, y ¿Por qué la sociedad no lo ha valorado? Porque no tienen la suficiente capacidad de conocer lo que en verdad tiene valor, pero empecemos por saber qué valor tiene o al menos qué función: Una de las funciones más importantes del agua es la función de lubricante que tiene fundamentalmente en la digestión. Para que te hagas una idea, el agua, una vez que está en el cuerpo ayuda a generar la saliva, lo cual nos permite masticar alimentos y así poder disfrutar de su sabor.
Además de ello, el agua es el responsable de lubricar los cartílagos y las articulaciones haciendo que los movimientos sean lo mejor posible. Si no se bebe demasiada agua, entonces el cuerpo lo empieza a sentir teniendo diferentes lesiones en los huesos pudiendo incluso llegar a la artritis.
Los ojos también necesitan de lubricación del agua, ya que al parpadear el ojo necesita de esa lubricación para poder enfocar adecuadamente.
Cuando se tiene una buena hidratación el cerebro funciona adecuadamente, ya que las células del cerebro reciben sangre oxigenada.
Además de que no es la única manera en la que el agua nos brinda un valor sino que el agua es una riqueza para el desarrollo de la vida, y claro es que para los seres vivos de igual manera.
El agua es indispensable; no tiene sustituto y no se conoce forma de vida que prescinda de ella. Bosques, ciudades, polos, zonas industriales, pastizales, plantíos, bebés, bacterias, ballenas, aviones y cohetes, todos, de una manera u otra, necesitan agua. El cuerpo de un bebé tiene 83% de agua; un hombre adulto, 60%; una mujer, 45%, y una medusa, 95%. Somos agua en gran medida. El agua dio origen a la vida y la mantiene, es un factor que regula el clima del planeta, esculpe y permite la existencia de los ecosistemas y de la humanidad. No debemos olvidar que somos naturaleza y que el agua viene de la naturaleza. En términos prácticos, no hay proceso de producción que directa o indirectamente no tenga relación con el agua. Todos los productos y beneficios humanos están en relación directa con el agua… Tratemos de imaginar uno que no la necesite... Parece (y es) demasiado fácil decir que el agua tiene que ver con todo, pero es algo real, por eso las grandes preocupaciones y temas de discusión en todo el mundo se relacionan con su escasez, su contaminación, que se terminen sus fuentes, tratarla como mercancía, así como con las guerras que genera y puede generar. Recordemos algo importante: nadie está exento de todo lo relacionado con el agua.
Si consideramos la vida sobre la Tierra como un sólo gran ser vivo, el agua sería la sangre. Si el agua está envenenada, la sangre de la vida llevará el veneno a todos los seres vivos. Por otro lado, si mueren las fábricas de agua, simplemente no hay sangre, la vida comienza a extinguirse, incluidos los seres humanos.
La problemática no sólo es en el nivel nacional; el agua de todo el mundo enfrenta una amenaza ambiental alarmante: el cambio climático. La humanidad quema tal cantidad de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) que el clima en todo el planeta está cambiando. Miles de toneladas de gases invernadero (principalmente CO2) aprisionan el calor en nuestra atmósfera, lo cual origina más sequías, huracanes, fríos y calores. El derretimiento de los polos y los glaciares es una realidad. Se prevé que habrá cambios en los patrones de lluvia y en consecuencia en las actividades agropecuarias mundiales, así como en el abasto de agua para todas las demás actividades humanas (uso doméstico, industrial, de producción de energía, etc.).
La cantidad de agua que tenemos en el planeta no varía. Sin embargo, el lugar, la forma y la calidad en que se encuentra sí presentan variaciones. A nivel local no disponemos de una calidad fija. Hay promedios históricos, pero desgraciadamente cada vez es menos el agua disponible tanto en cantidad como en calidad, debido a la sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación y la deforestación que hemos provocado.
El agua es un recurso vital, si hasta ahora no nos habíamos preocupado por protegerla como una de las necesidades más importantes para llevar una vida digna, se debía a que la considerábamos un recurso inagotable. Hoy sabemos que no es así; el acelerado empobrecimiento del recurso y la grave escasez que padecen millones de personas nos han obligado a pensar en la necesidad de reconocer y proteger este derecho, del cual depende la vida.  
También se indica que los elementos del derecho al agua deben ser adecuados a la dignidad, la vida y la salud de las personas. En vista de que lo que resulta “adecuado” puede variar de una sociedad a otra, la observación aclara que en cualquier caso el derecho debe ajustarse a los siguientes factores: Disponibilidad. Cada persona debe tener abastecimiento de agua de forma continua y suficiente para uso personal y doméstico, esto es para beber, lavar ropa, preparar alimentos, y así tener higiene personal y doméstica. Calidad. El agua debe ser salubre. No debe contener microorganismos, sustancias químicas o radioactivas que supongan riesgos a la salud. Debe tener un color, olor y sabor aceptables. Accesibilidad. El agua, las instalaciones y los servicios de distribución deben ser accesibles a todas las personas. Esto significa cuatro cosas: Accesibilidad física. El agua, las instalaciones y los servicios deben estar al alcance físico de todas las personas; se debe poder acceder a un suministro de agua en cada casa, escuela, trabajo y hospital. Accesibilidad económica. Los costos, así como los cargos directos e indirectos deben ser asequibles para todos.
Los usos del agua se clasifican en consuntivo y no consuntivo. Uso consuntivo. Es en el que por las características del proceso hay pérdidas volumétricas de agua, es decir, la cantidad de agua que sale es menor a la que regresa a la fuente de abastecimiento. Se incluyen aquí los usos industrial, agrícola, pecuario y público urbano (doméstico, comercial, de servicios e industrial, que se distribuye por una red urbana). Uso no consuntivo. En éste no hay pérdidas, la cantidad de agua que sale es la misma o casi la misma que sale del proceso. Ejemplos de usos no consuntivos son los que predominan en hidroeléctricas, la acuacultura, la navegación y el uso ambiental.
El consumo real de agua por persona varía debido a diversos factores, entre los que destacan: el clima de la región donde se habita; el nivel socioeconómico de la persona y sus costumbres; la disponibilidad de agua en la zona y las dificultades para acceder a ella; la actividad económica a que se dedica la población; el nivel de cultura del agua de la persona, etc.
En términos muy generales, se pueden mencionar tres razones para el desperdicio del agua:
a) Deficiencias en la operación e infraestructura para la captación y distribución del agua.
b) Malos hábitos de consumo en los usuarios.
c) Falta de cultura en re-uso, separación y aprovechamiento de agua de lluvia.
Por otra parte, el consumo irracional del agua en cualquier ámbito (agricultor, industrial, doméstico, etc.) implica la combinación de un gran volumen de agua limpia con agua sucia desechada. Las aguas que escurren en las zonas rurales (aguas de escorrentía) y las provenientes de centros urbanos se hallan saturadas de sustancias tóxicas: metales pesados, pesticidas, nitratos, etc., y lamentablemente se descarga en los océanos, como parte del ciclo hidrológico. Hoy resulta alarmante la contaminación de importantes cuerpos de aguas superficiales por líquidos de cloacas, desechos humanos y residuos provenientes de actividades industriales.
En conclusión, es importante rescatar que estamos muy a tiempo de tomar conciencia ante esta problemática mundial, pues la escasez del agua no es un tema fácil y considerando que le estamos dando un muy mal uso, es posible que acabemos con ella más pronto de lo que creemos, ayudemos al planeta y a nosotros mismos.  
REFERENCIAS APA:
Fátima A. (2007), “Definición de capa freática”, 87pp. USA: Editorial Houghton.
Fernández (2006),” Recursos hídricos de México y el Mundo” 148pp. México: LUZA.
Herrera (2009), “¿Qué es el consumo?”, 90pp. Norte de Potosí, Bolivia: PRODI
Landa (1976), “¿Qué es el desarrollo urbano?” 90pp. Ciudad de México: DEBOLSILLO.
Marks (2010), “¿Qué es el agua?” 178pp. México: DEBOLSILLO.
Porto (2013),” Recursos vitales” 148pp. USA: PUBLISHING.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.aed.). Madrid, España: Autor.

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